Si sois una de aquellas familias que cuentan con un peque (o varios) muy curioso que se fija en todo y siempre tiene el «¿Por qué…» en la boca… una vez más os vamos a echar una mano con la duda de hoy:

 

¿Por qué los pájaros vuelan en forma de V? 

 

Cada año a mitad de otoño comienza el viaje de millones de aves que sobrevuelan nuestros cielos en sus desplazamientos entre zonas de cría (donde tienen a sus hijos) y áreas de invernada (donde pasan las vacaciones navideñas). Algunas recorren cientos de kilómetros y otras miles. Se las conoce como aves migratorias y es de las que vamos a hablar.

En contraste las que nacen, crecen, se reproducen y mueren en el mismo sitio se les conoce como residentes (o caseras, en confianza).

 

Las aves migratorias se pasan media vida haciendo estos durísimos viajes.

¿Vale la pena? Pues sí, sobre todo si con la llegada del frío tu alimento en ciertos lugares se hace muy, muy escaso o incluso desaparece y tienes que volar hasta otras latitudes más cálidas donde puedes comer todo lo que quieras. Por lo que viajan por turismo gastronómico y hacen paradas en “áreas de reposo o descanso”, donde paran a reponer fuerzas. Tenemos la suerte de que nuestro país es uno de los preferidos para estos descansos, así que aprovechad cuando podáis para ir a lagunas y humedales en esta época.

Todo esto está muy bien, pero volvamos al asunto de este artículo

 ¿Por qué vuelan en forma de V?

 

Porque les gusta ahorrar.

La mayoría de las aves que migran en formación de uve son anátidas, es decir, gansos y patos, o zancudas, como las grullas y cigüeñas. ¡Pueden llegar a recorrer más de 500 km! Imaginad el esfuerzo físico que es necesario. Así que buscan la manera más eficaz de hacerlo, es decir, que suponga menos gasto energético:

  1. Antes de iniciar el vuelo, el grupo se reúne en el suelo y espera a que el Sol caliente la tierra. Cuando esto sucede, se forman corrientes ascendentes de aire caliente, que las aves aprovechan para elevars
  2. Cuando alcanzan la altura adecuada, que depende de la especie y suele superar 1Km, se colocan en formación de uve: 
    • Cuando el ave de delante bate las alas hacia abajo produce un remolino de aire que sube hacia arriba justo detrás de ella. La que va detrás de ella, puede aprovechar esta corriente ascendente para planear. Es algo así como volar gratis para el ave que va detrás.

Además en un estudio hace poco publicado, dicen los científicos, que las aves también sincronizan perfectamente sus aleteos para coincidir con el movimiento de aire correcto que llega del que vuela delante. 

  «Todo es más fácil con amigos» como decían en Barrio Sésamo.

Un momento…pero…¿Y el que va en cabeza? Es el único miembro de la bandada que no tiene ayuda. Por eso es el guía experto, que ya ha hecho alguna migración y dirige al resto.

Como siempre decimos en nuestras rutas guiadas, la naturaleza es muuuuuuy lista. Esperamos que hayáis aprendido un poquito más con esta explicación y sobre todo que seáis capaces de contárselo a los peques y quedar genial.

 

La naturaleza, como todos sabemos, es muy sabia y además no hace nada porque sí, sin una razón.

En este artículo queremos que descubráis una curiosidad de la naturaleza que todos los años más o menos por estas fechas se repite tras las lluvias, sobre todo si luego sale el sol: Las HORMIGAS VOLADORAS.

Las niñas y niños en la rutas siempre me preguntan por qué tienen alas las hormigas ahora si antes no las tenían (los papás y las mamás también lo piensan, pero les da más vergüenza preguntar).

La respuesta es sencilla: Quieren ligar.

Me explico:

  • Las hormigas son una especie que principalmente se alimentan de semillas. –> A finales de verano es cuando más semillas disponibles para ellas hay y por lo tanto cuando mejor alimentadas están. Así que, llegan al otoño con una energía desbordante.

 

  • Es entonces cuando en el hormiguero se fabrican hormigas con alas, estas son:
    • Nuevas reinas destinadas a fecundarse (quedarse «embarazadas») y  fundar nuevos hormigueros
    • Machos que su única función es fecundar a una de estas hembras

Con sus bonitas alas y acicalados de pies a cabeza las princesas y los príncipes se van de marcha por el cielo y hacen su baile (vuelo) nupcial.

Hay que dejar claro que como en la vida misma, no todos consiguen pareja. De hecho, la mayoría se queda más solo que la una.

Si hay suerte de que se han gustado y han ligado, la cosa sigue así:

  1. Se juntan
  2. El macho fecunda a la hembra
  3. Esta guarda el esperma en su abdomen y se marcha
  4. No se vuelven a ver jamás en la vida. Para empezar porque el pobre macho muere 3 días después y la reina puede llegar a durar hasta 25 años.

Tras el encuentro (¿romántico?) la hembra baja al suelo y comienza a excavar un nuevo hogar. Para ello es muy bueno que haya llovido y la tierra esté más blandita.

Allí se queda a pasar el invierno y pierde sus alas que le sirven de alimento a lo largo de los fríos meses (¡Qué inteligente es la naturaleza, madre mía!).

Cuando llega la primavera, comenzará a poner huevos y a tener prole para que el ciclo se vuelva a repetir.

Espero que hayáis aprendido un poquito más sobre la asombrosa naturaleza y que os sirva para dejar a vuestr@s peques (y cuñados) con la boca abierta cuando se lo contéis.

 

 

Desde Diverde queremos echar una mano a todas aquellas familias que  habéis decidido empezar a hacer senderismo y sólo os falta equiparos.

¿Con qué? Os preguntaréis.

Para practicar senderismo podéis equiparos de cabeza a pies con ropa técnica de todo tipo de calidad y precio, pero basándonos en nuestra experiencia, solo hay una cosa IM-PRES-CIN-DI-BLE:

EL CALZADO

Aquí van unos consejos para no perderos en los pasillos de zapatillas y botas de montaña y elegir el mejor para vuestros peques:

  1. ¿Bota o zapatilla?

¡Ojo! No todos los calzados de senderismo que podemos ver en las tiendas sirven para todo. Si vais a empezar a hacer senderismo, para los niños nuestra recomendación es que compréis semibotas que sujeten el tobillo, no zapatillas, ya que sirven para todo tipo de climatología, permiten pisar barro y charcos sin mojar el pie y además, seguras frente a torceduras.

  1. Exterior

No os dejéis de llevar por unos colores bonitos o por el brilli-brilli. Tiene que ser  funcional:

  • Puntera de goma reforzada: protege los dedos de las piedras de los caminos y alarga el tiempo de vida de las botas en los pies de un pequeño terremoto.
  • Material de revestimiento único: Cuantos menos materiales diferentes tenga y por lo tanto, menos costuras exteriores , más durará y menos posibilidades de que se rompa una costura habrá.
  • No pegamento: fíjate en que no esté pegado, si no cosido. Es la diferencia entre que te duren 1 año o 5.
  1. La suela

Para seguir el ritmo de los peques, ser cómoda, resistente y segura.

  • Mucho dibujo y tacos gruesos: Importante para evitar resbalones. Hoy en día, la mejor marca de suelas es Vibram, aunque hay otras similares.
  • Dureza: Lo mejor para un nivel de iniciación es que sea blanda por comodidad.
  1. Interior
  • Plantilla: Mejor que tenga forma y se amolde al pie
  • Membrana intercapas: es la que hay entre el material externo y el forro interior que protege de los cambios de condiciones meteorológicas y también deja transpirar a los pies evitando hongos. La marca más común de esta membrana impermeable es Gore-Tex.
  1. Marca
  • Precio medio: En el caso de los peques, que como todos sabemos, crecen a velocidad del rayo, bajo nuestro punto de vista no vale la pena gastarte un dineral en el calzado, pero tampoco elegir las más baratas.
  • Fabricación española: tratamos de comprar a marcas que obtienen el material y fabrican en España por reducir la huella de carbono (lo que contamina la fabricación de un producto) como por ejemplo

 

  1. Talla
    • Su talla + 1: Con el fin de que duren lo máximo sin dejar de ser cómodas, lo mejor es que sea una talla más a la suya de zapatillas deportivas.

 

  1. Pruébaselas
  • No las compres por internet: En este tipo de calzado no basta con que sea su número, ya que la anchura del pie juega un papel muy importante.
  • ¡Salta, trepa, juega! Una vez que las tenga puestas, que salte, trepe, se dé una vuelta …No os lleveis nunca una bota que no le convenza del todo.

 

¡Esperamos haberos ayudado!

 

 

 

“¿Falta mucho?””Me estoy mareando””Me aburroooo””Me da el sooool””Me duele la tripa””¿Cuánto falta?”….

Todos los que viajamos con niños en coche nos ha pasado alguna vez que nos han entrado ganas de frenar en seco,bajar la ventanilla y gritar desesperados al viento.

Evitar llegar a ese punto, como todo, tiene sus trucos.

Desde Diverde queremos echaros una mano para que podáis hacer más llevaderos los viajes en coche con los pequeños, tanto a ellos como a vosotros:

  1. Combatir el aburrimiento. Admitámoslo: pasar horas encerrados en un coche es aburrido para todo el mundo y para los niños más. Tratemos de tener varios recursos a mano para que esto no ocurra: juguetes, juegos de toda la vida en los que todos nos impliquemos, historias…
  2. Salir temprano. O incluso de madrugada para que los niños vayan dormidos el máximo tiempo posible.
  3. Llevar algo para picar y agua. Cuando no hay nada que hacer, solo mirar por la ventana, la “gusa” ataca y nos entra el hambre. Para ello es recomendable llevar fruta, frutos secos, cereales…para picar y por supuesto agua.
  4. Parar en sitios interesantes/divertidos para los peques. A los adultos nos basta con parar en una gasolinera y tomar un café. A ellos no. Prueba a parar en algún pueblo sin desviarte mucho y buscar el parque infantil (en todos hay alguno aunque sean 2 columpios), la energía de tu hij@ te lo agradecerá.
  5. Establecer etapas. En un viaje largo, lo mejor es diseñarlo para hacer un par de etapas donde hagamos algo diferente: una ruta, ver un museo, visitar el árbol más viejo… Es cierto que tardaréis más en llegar a destino pero tanto grandes como pequeños disfrutaréis mucho del viaje.

Y para terminar…PACIENCIA Y MÁS PACIENCIA!

¡Felices vacaciones!

 

 

Está demostrado: cuanto más nos gusta la naturaleza y salir a hacer senderismo, más ganas tenemos de que a nuestros hijos les apasione como a nosotros.

Así que siempre llega el día en el que nos viene la inspiración y hacemos unos bocadillos, llenamos unas botellas de agua y lo metemos en la mochila para irnos de excursión en familia al campo. Y nos ponemos en marcha con  toda la ilusión del mundo.

Lamentablemente, el resultado, no es siempre el esperado: Lloros, pataletas, deseperación, no se puede andar seguido ni 2 minutos, mequieroiracasamamá, porquéandamostanto, quérollo, elpróximodiavamosalcentrocomercial

No os preocupéis porque no estáis sólos. Desde Diverde queremos ayudaros con 6 consejos para ir de excursión con niños y no acabar locos de remate:

  1. Planifica qué vais a hacer. La improvisación con niños no suele ser buena consejera:Busca en blogs de senderismo, infórmate de rutas que sean de un nivel adecuado, pregunta a conocidos sobre lugares curiosos que puedan ser atractivos para los peques (cascadas, castillos, árboles singulares…).
    Es muy bueno que el lugar escogido no sea sólo una decisión de los adultos y que los pequeños de la casa participen en la elección del plan. De esta manera, lo sentirán como “suyo”.
    Una manera sencilla de hacerlo eses darles a elegir entre 3 planes diferentes que hayáis mirado con anterioridad.
  2. Lleva agua suficiente y picoteo sano. No sabe muy bien por qué, pero lo cierto es que cuando estás en la naturaleza el hambre y la sed crecen por momentos. Si además saltas, corres, juegas y aprendes cosas nuevas cada minuto, más. Es por eso que es tan importante llevar agua suficiente (tanto si hace calor como si no) 1,5L por persona más o menos y pequeños piscolabis para matar el gusanillo hasta la comida. Si es sano (zanahorias, manzanas, huevos cocidos…mejor!)
  3. Vuelve a ser niñ@. Hay veces que nuestro Yo infantil se ha perdido demasiado en nuestra adultez ¡Recupéralo!Lo que a los papás y mamás nos interesa, no siempre coincide con lo que a ellos les gusta: Mira un escarabajo, ¿Por qué tienen distintas formas las hojas?, Esa roca brilla porque un hada ha dormido allí…
  4. Paciencia infinita. Sí, ya lo sé, cuando no teníamos niños nos hacíamos una ruta de 20 km en una mañana o nos subíamos al Pico más alto en 3h, pero ya NO. Es esencial que lo asumamos: ya NO. Paciencia y paciencia.
    Hay que tomar conciencia de que lo más seguro es que no lleguemos a meta planeada o no completemos la ruta y no pasanada.
    Tranquilidad, respirad y disfrutad del momento. Si les metemos prisa o les presionamos, no disfrutarán y podrían no querer volver a ir de excursión (omg!)
  5. Celebra sus pequeños logros. Lo ideal es poner pequeñas metas a lo largo de la ruta fácilmente alcanzablesy cuando las alcancemos, lo celebramos con un baile de la victoria, con un choque de manos especial o con un rato para hacer lo que ellos quieran: cuando lleguemos al arroyo buscamos bichos, en el próximo cruce de caminos jugamos al escondite… así les incentivamos a corto plazo.
  6. No olvides ropa y calzado de recambio. Cuando salimos de excursión es normal mancharse con barro o mojarse al cruzar un arroyo, pero si queremos evitar catarros, lo mejor es que cuando terminemos, nos cambiemos y nos volvamos a casa más a gusto.

 

Deseamos que estos 6 pequeños consejos os hagan más fácil la salida al campo con los peques y que logréis disfrutar de la naturaleza junto a ellos, pues nada une más que compartir experiencias en familia.

 

 

Estamos de estreno con la nueva web de Diverde. Empezamos esta etapa con fuerza e ilusiones.