A todos nos ha pasado: Nos levantamos un día (fin de semana seguramente) y decidimos ir a hacer una ruta al campo con nuestros peques ¡Un planazo!

Empezamos a preparar la mochila, y vamos metiendo cosas, cosas y más cosas indispensables hasta que prácticamente no se puede cerrar. Resultado: Vamos cargados como sherpas del Himalaya para una actividad de medio día.

Desde DIVERDE con nuestra experiencia como educadores ambientales con muchas rutas a la espalda y (aún más importante) madres/padres senderistas queremos echaros una mano para reducir los “porsis” (esto por si hay un terremoto, esto por si nos ataca un lobo, esto por si quiere hacer manualidades durante el camino, esto por si nos perdemos durante 1 semana…) y hacer una mochila lo más eficiente posible para rutear con vuestros hijos con un listado de 10 cosas indispensables que debéis llevar:

  1. BOTIQUÍN DE PRIMEROS AUXILIOS: No es necesario llevar medio hospital, para curar pequeñas heridas y rasguños es suficiente: tiritas, gasas, suero fisiológico (en monodosis), Betadine, puntos de aproximación, pinzas (por si se pinchan con algo), venda.
  2. AGUA: 1L por persona mínimo.
  3. COMIDA: Además del almuerzo fuerte para cuando os sentéis a hacer picnic, os recomendamos llevar picoteo sano ya que en el campo les entra un hambre voraz, como por ejemplo: zanahorias, fruta, frutos secos, barritas de cereales (podéis ver aquí una receta casera https://www.pequerecetas.com/receta/barritas-energeticas-con-cereales/ )
  4. ROPA DE RECAMBIO + CHUBASQUERO LIGERO: A los peques les encanta correr, jugar,saltar…y eso mancha ¡y en ocasiones también moja! Así que es más que recomendable llevar una muda completa a que pasen frío. Pero, ojo con volvernos locos metiendo ropa; lo básico sería: calcetines, pantalón, camiseta de manga larga, zapatillas de estar por casa(por si se mojan las botas). En cuanto al chubasquero, el tiempo en el monte puede cambiar con mucha facilidad y llevar uno ligero de los que no ocupan mucho,  nos puede evitar muchos quebraderos de cabeza.
  1. BOLSA DE BASURA: Es multiusos, desde guardar basura hasta meter todo lo que contiene la mochila para evitar que con una inesperada lluvia se cale.
  2. PAÑUELOS DESECHABLES: mocos, manchas, pis, caca…Por favor no los dejéis en el campo una vez usados, metedlos en vuestras bolsas de la basura porque, aunque sean degradables tardan bastante tiempo en desaparecer y mientras contaminan la naturaleza.
  3. JUGUETE, LUPA, PALA: Dependiendo de la edad de nuestro hijo, es bueno llevar un pequeño juguete, lupa o pala con lo que se pueda entretener cuando hacemos una parada. Para él será muy divertido y se entretendrá mientras descansamos.
  4. MAPA + BRÚJULA: Físicos o digitales. Tener claro qué vamos a hacer y la ruta a seguir. Podemos consultarlo a lo largo del día por si hay imprevistos. Además, los mapas son muy, muy interesantes para los peques y dan mucho juego.
  5. MÓVIL + BATERIA EXTERNA: Es importante llevarlo siempre cargado por si surge algún problema y hay que pedir ayuda. Con la batería nos aseguramos de que no se nos apague.
  6. KIT COVID: Actualmente, ya forma parte de nuestra vida el tener que llevarlo: Mascarillas de repuesto, pequeño bote de gel hidroalcohólico.

Para terminar, nos gustaría animaros a que cada uno lleve su propia mochila, incluso los peques. De esta manera fomentamos la responsabilidad, la cooperación y la independencia.

Nuestros consejos para la mochila de los adultos: Tamaño de 20L, varios compartimentos, cinta regulable en la cintura, tirantes regulables y acolchados.

En cuanto la mochila de los peques: No debe superar nunca el 10% de su peso, los tirantes que no sean de cuerda, sino acolchados y regulables.

¿Se nos ha olvidado algo? Recuérdanoslo en comentarios.

Esperamos haberos ayudado y que vuestras rutas en familia sean mucho más placenteras.

 

 

 

Si sois una de aquellas familias que cuentan con un peque (o varios) muy curioso que se fija en todo y siempre tiene el «¿Por qué…» en la boca… una vez más os vamos a echar una mano con la duda de hoy:

 

¿Por qué los pájaros vuelan en forma de V? 

 

Cada año a mitad de otoño comienza el viaje de millones de aves que sobrevuelan nuestros cielos en sus desplazamientos entre zonas de cría (donde tienen a sus hijos) y áreas de invernada (donde pasan las vacaciones navideñas). Algunas recorren cientos de kilómetros y otras miles. Se las conoce como aves migratorias y es de las que vamos a hablar.

En contraste las que nacen, crecen, se reproducen y mueren en el mismo sitio se les conoce como residentes (o caseras, en confianza).

 

Las aves migratorias se pasan media vida haciendo estos durísimos viajes.

¿Vale la pena? Pues sí, sobre todo si con la llegada del frío tu alimento en ciertos lugares se hace muy, muy escaso o incluso desaparece y tienes que volar hasta otras latitudes más cálidas donde puedes comer todo lo que quieras. Por lo que viajan por turismo gastronómico y hacen paradas en “áreas de reposo o descanso”, donde paran a reponer fuerzas. Tenemos la suerte de que nuestro país es uno de los preferidos para estos descansos, así que aprovechad cuando podáis para ir a lagunas y humedales en esta época.

Todo esto está muy bien, pero volvamos al asunto de este artículo

 ¿Por qué vuelan en forma de V?

 

Porque les gusta ahorrar.

La mayoría de las aves que migran en formación de uve son anátidas, es decir, gansos y patos, o zancudas, como las grullas y cigüeñas. ¡Pueden llegar a recorrer más de 500 km! Imaginad el esfuerzo físico que es necesario. Así que buscan la manera más eficaz de hacerlo, es decir, que suponga menos gasto energético:

  1. Antes de iniciar el vuelo, el grupo se reúne en el suelo y espera a que el Sol caliente la tierra. Cuando esto sucede, se forman corrientes ascendentes de aire caliente, que las aves aprovechan para elevars
  2. Cuando alcanzan la altura adecuada, que depende de la especie y suele superar 1Km, se colocan en formación de uve: 
    • Cuando el ave de delante bate las alas hacia abajo produce un remolino de aire que sube hacia arriba justo detrás de ella. La que va detrás de ella, puede aprovechar esta corriente ascendente para planear. Es algo así como volar gratis para el ave que va detrás.

Además en un estudio hace poco publicado, dicen los científicos, que las aves también sincronizan perfectamente sus aleteos para coincidir con el movimiento de aire correcto que llega del que vuela delante. 

  «Todo es más fácil con amigos» como decían en Barrio Sésamo.

Un momento…pero…¿Y el que va en cabeza? Es el único miembro de la bandada que no tiene ayuda. Por eso es el guía experto, que ya ha hecho alguna migración y dirige al resto.

Como siempre decimos en nuestras rutas guiadas, la naturaleza es muuuuuuy lista. Esperamos que hayáis aprendido un poquito más con esta explicación y sobre todo que seáis capaces de contárselo a los peques y quedar genial.

 

La naturaleza, como todos sabemos, es muy sabia y además no hace nada porque sí, sin una razón.

En este artículo queremos que descubráis una curiosidad de la naturaleza que todos los años más o menos por estas fechas se repite tras las lluvias, sobre todo si luego sale el sol: Las HORMIGAS VOLADORAS.

Las niñas y niños en la rutas siempre me preguntan por qué tienen alas las hormigas ahora si antes no las tenían (los papás y las mamás también lo piensan, pero les da más vergüenza preguntar).

La respuesta es sencilla: Quieren ligar.

Me explico:

  • Las hormigas son una especie que principalmente se alimentan de semillas. –> A finales de verano es cuando más semillas disponibles para ellas hay y por lo tanto cuando mejor alimentadas están. Así que, llegan al otoño con una energía desbordante.

 

  • Es entonces cuando en el hormiguero se fabrican hormigas con alas, estas son:
    • Nuevas reinas destinadas a fecundarse (quedarse «embarazadas») y  fundar nuevos hormigueros
    • Machos que su única función es fecundar a una de estas hembras

Con sus bonitas alas y acicalados de pies a cabeza las princesas y los príncipes se van de marcha por el cielo y hacen su baile (vuelo) nupcial.

Hay que dejar claro que como en la vida misma, no todos consiguen pareja. De hecho, la mayoría se queda más solo que la una.

Si hay suerte de que se han gustado y han ligado, la cosa sigue así:

  1. Se juntan
  2. El macho fecunda a la hembra
  3. Esta guarda el esperma en su abdomen y se marcha
  4. No se vuelven a ver jamás en la vida. Para empezar porque el pobre macho muere 3 días después y la reina puede llegar a durar hasta 25 años.

Tras el encuentro (¿romántico?) la hembra baja al suelo y comienza a excavar un nuevo hogar. Para ello es muy bueno que haya llovido y la tierra esté más blandita.

Allí se queda a pasar el invierno y pierde sus alas que le sirven de alimento a lo largo de los fríos meses (¡Qué inteligente es la naturaleza, madre mía!).

Cuando llega la primavera, comenzará a poner huevos y a tener prole para que el ciclo se vuelva a repetir.

Espero que hayáis aprendido un poquito más sobre la asombrosa naturaleza y que os sirva para dejar a vuestr@s peques (y cuñados) con la boca abierta cuando se lo contéis.